
Como preludio de amor
el canto de un grillo
acompaño los suspiros
que nacían de nuestro lecho.
Las sombras hacían marco
a esa puerta que había estado prohibida
y el deseo acumulado por el tiempo
dio paso a matices desconocidos.
Un caudal se abrió para el gozo
cual flor se rindió a sus deseos
y respirando fuego entre las brasas
hicieron noche en la piel.
Inspirados por el tiempo
fuimos la aleación perfecta
y navegamos bajo un río caudaloso
mientras el calido sol de la mañana
nos daba los buenos días!
20-08-2008